Judas Priest en la noche del Heavy Metal

El grupo británico, acompañado por Saxon y Motörhead, ofrece un repaso inapelable a sus clásicos. Un concierto para mostrar el orgullo de ser 'metalero'

Concierto: Judas Priest + Motörhead + Saxon.
Lugar:
Coliseum (A Coruña).
Día:
29 de julio de 2011.
Precio:
53 / 65 euros.
Asistencia:
7.000 espectadores (70% del aforo).
Judas Priest conquista A Coruña en la noche heavy
A media tarde, en un parque cercano al Coliseum, un grupo de seis adolescentes entre los 13 y los 16 años hacían tonterías para atraer la curiosidad de las chicas. Uno se marcaba un pino-puente. Otro se daba una ducha con el aspersor del césped. De repente, un chaval forradito de acné reclamó la atención de sus amigos hacia la música que salía de su móvil: “Es el Immigrant song, de Led Zeppelin”, dijo, sin mentir. “No es gótico, pero lo prefiero mil veces a Marilyn Manson. Fijaos: yo creo que esto es el principio del heavy. Aaaaaah-ah!”. Enternecedor.
Ah, el heavy. Esa música nacida a finales de los años 60 del siglo pasado y que se hizo tribu recién inaugurada la década de los 80, con la New Wave Of British Heavy Metal (o sea: la Nueva Ola del Heavy Metal Británico). Tres de las bandas señeras de aquel movimiento, de aquella época, se reunían poco más tarde en el foro coruñés para ofrecer un homenaje a un público fiel con una media de edad en torno a los 40 años. No han envejecido las tres de la misma manera: pasado el auge de la Nueva Ola del Heavy Metal Británico, Saxon vio su público reducido a los devotos del cinturón de balas y las odas épicas al cuero, las motos, las princesas de la noche y, también, aunque no sólo, la imaginería medieval (lo que algunos llaman “el heavy de El Señor de los Anillos”).

Motörhead tampoco ha cambiado mucho en las últimas tres décadas, aunque su propuesta garagera y ruidista alcanza a punks, heavies, indies y, en definitiva, casi cualquiera con dos orejas robustas y ganas de bronca. Se ha ganado la condición de leyenda. Y luego está Judas Priest, maestro de ceremonias, cabeza de cartel, uno de los pilares del género metálico, principal reclamo para la venta de entradas que, en esta ocasión, anunciaba su gira Epitaph Tour como eso, justamente: un epitafio. Que se despedían. Pero tampoco era eso; luego lo han ido matizando: que no es que dejen de tocar; que solamente se trata de que evitarán las grandes giras. Un truco comercial ya conocido, vaya, y que sigue funcionand 

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